Notaria abierta… Juzgado cerrado
«Notaria abierta, Juzgado cerrado». Sí, ese lema nos lo dicen a todos los notarios en el momento en el que aprobamos. Su autor, un Notario, Don Joaquín Costa. Actualmente cobra actualidad con todas las reformas que se proyectan. Con independencia de los repartos competenciales, en estos momentos me acuerdo de Don Jesús Daza Martínez, quien fuera Catedrático de Derecho Romano en la Facultad de Alicante. En aquellos tiempos decía: «El peor de los libros es mejor que el mejor de los apuntes». Yo pienso que de todo el mundo hay que quedarse con algo, de él recuerdo esa frase.
Trasladada a mi quehacer diario, piendo que mas vale un buen acuerdo que un mal pleito, incluso, casi, que el peor de los acuerdos es mejor que el mejor de los juicios. Sí, un pleito supone un desgaste emocional, económico y de oportunidad, la Justicia es lenta y la Justicia lenta no es Justicia.
Ultimamente me planteaba una amiga sobre la necesidad de ir a juicio cuando deudor, acreedor y comprador están de acuerdo en finiquitar el problema que supone el impago de la deuda.
En el caso concreto existía un préstamo entre particulares con garantía hipotecaria. ¿Es necesario ejecutar la garantía si el deudor está conforme en satisfacer al acreedor aunque sea a costa de perder el objeto hipotecado? Ciertamente, el proceso, si la lógica de las cosas funcionase en la realidad, culminaría con una subasta en la que… ¿se lograría un precio de mercado? No, el precio sería ridículo. Por ello, si todos los intereses en juego se satisfacen, como dice el refrán más vale pájaro en mano que ciento volando. Todo lo que conviene a todos los interesados es susceptible de ser zanjado sin necesidad de acudir al Juzgado. La Justicia es lenta y vale antes un acuerdo razonable que un buen pleito. Zanjado el problema se mira hacia el futuro y no se pierden energías. Cuando se ven las orejas al lobo, lo mejor es asesorarse. Por eso… «Notaría abierta, Juzgado cerrado».
1 comentario »