Padre, Padres y familias monoparentales

padre   Hoy es el Día de San José y Día del Padre. Felicidades a unos y otros. Cada cuál tiene sus reflexiones en relación a esta festividad. A mi me han venido a la memoria varias.

   Por un lado, he recordado el origen de la festividad; aunque hay muchas tradiciones; a mi me gusta la de la Iglesia Católica, pues nuestra sociedad actual y su cultura tiene una estrecha vinculación a la misma. San José era el padre putativo de Jesús -«putativo» hace referencia a «el que sin serlo se reputa como tal»-; en ese marco era lógico honrar a la persona que, en un segundo plano, en la Historia Bíblica, se entregó al hijo movido sólo por el amor. Precisamente, el diminutivo de «José», «Pepe». Tiene mucho que ver con esa tradición. La palabra toma las dos «P» de «Pater Putativus», dando lugar al nombre familiar.

   Por otro lado, he recordado a Frasquito Escobar, quien fuera Primer Teniente de Alcalde de uno de los pueblos en que ejercí mi profesión, Almargen. Cuando le dije que acababa de tener mi primer hijo, tras felicitarme me celebró: «Antonio, ahora ya puedes comer huevos»; el dicho, usual en Andalucía, yo no lo había oído nunca. Al ver mi cara, me explicó.  Cuando la única forma de trabajo era la agricultura, el padre salía a ganarse el jornal de sol a sol, tenía que tener fuerzas para producir, por eso, la proteína, los huevos, se reservaban a él para que pudiera rendir y traer a casa el sustento de toda la familia. Familia que surgía cuando aparecían los hijos.

   Me parecen dos bonitas historias.

   Ayer, una madre, en un blog de El País, se planteaba, al hilo de los regalos que los niños preparan en los Colegios, cómo podía explicar a su hija de dos años que ella era fruto de una fecundación y que formaba parte de una familia monoparental en la que no existía la figura del padre. Las dudas de la mujer dieron paso a la polémica sobre si debía o no existir la festividad, pues suponía una especie de discriminación de aquellos que «tenían» padre frente a los que «socialmente carecían de éste».

   Los nuevos tiempos, los avances tecnológicos y los cambios sociales producen situaciones nuevas. A veces es conveniente que el Derecho intervenga y regule las nuevas realidades. Sin embargo, personalmente, entiendo que las normas no tienen que regular todo. Un hipernorvativismo puede generar unas leyes surrealistas.

   En este sentido recuerdo cuando, al hilo de la introducción del matrimonio de personas con igual sexo se sustituyeron las palabras «marido» y «mujer» por las de «los cónyuges». Lo cual es lógico, acertado y coherente con la nueva regulación. Sin embargo, al poco tiempo, en Cataluña, sensibles con los tiempos, se fue más allá y al regular la adopción, en la Exposición de Motivos de la nueva normativa, se decía que como consecuencia de la adopción por personas de igual sexo o la prestación del consentimiento por los dos miembros de la pareja en el caso de fecundaciones, podía surgir la existencia de DOS PADRES o DOS MADRES. No se, que jurídicamente hablemos de «progenitores»no creo que pueda llevarse hasta el extremo de dualidad de padres o madres, la realidad es la que es, con independencia de los afectos.

   La familia, sea o no monoparental, es un reto y es un valor social. Implica una organización económica que a la sociedad conviene que exista. Es una realidad que la figura del padre y la figura de la madre no son iguales. Lo cual no quiere decir que sean mejores ni peores las familias en las que no se repita el esquema tradicional. No se puede pretender trasladar el esquema de la familia tradicional a las nuevas formas de familia, pues a veces, como en el caso, difícilmente se puede reproducir. Será la sociedad y la pericia de esos padres/madres la que conforme esas situaciones. Padres y Madres solteras y parejas de personas de un mismo sexo que crían un hijo han existido siempre, el problema es cuando las normas quieren pasar a regularlo todo y se intentan tratar con esquemas tradicionales situaciones nuevas.

   Indudáblemente, puede resultar un handicap explicar a un niño todo ésto. Pero no es ni más ni menos difícil que otras muchas situaciones que nuestros pequeños nos plantean. Seremos los adultos los que movidos por el amor y por nuestras propias convicciones que nos llevaron a formar una familia, con independencia del tipo que sea, lo que expliquemos las situaciones a las que los mismos se enfrenten.

   Han pasado casi cincuenta años, pero hoy tiene el mismo sentido que entonces, para entender todo esto es muy recomendable la película Adivina quien viene esta nochey el impresionante diálogo de Poitier, el protagonista, con su padre.

   En la variedad está el gusto. A mi, personalmente, me parece bien que exista el Día del Padre y el Día de la Madre. Disfruto y me ilusiono viendo la ilusión con la que los niños nos dan sus obsequios. En mi familia, desde la igualdad, padre y madre representamos valores distintos, mis hijos no nos tratan igual según para que cosa, su espontaneidad y naturalidad con la que se dirigen a nosotros está por encima de normas y de convencionalismos sociales. A veces pienso que las personas adultas hacemos difícil lo fácil ¿Cómo lo veis?

2 Comentarios »

  1. Amigo Antonio,

    Interesante el origen del diminutivo Pepe. Quizás sepas también el origen del diminutivo de los Francisco (nombre ahora tan de moda tras la elección del nuevo Papa), el famoso Paco es una abreviatura qe se ponía en las pinturas de la época para decir Pater Comunis: Pa.Co. La gente veía eso siempre en los lienzos y acabaron asumiendo como normal el nombre de Paco.

    Respecto a la polémica que planteas no creo que debiera haber tal. De toda la vida ha habido huérfanos de padre o madre que en el colegio han preparado un regalo con sus compañeros porque hacia la función de las dos figuras. También siempre ha habido viudas y viudos y no por ello se ha dejado de celebrar en día de la madre o el día del padre.

    • Estimada Reme:

      Agradezco tu participación.

      Comparto tu punto de vista. La polémica la planteaban en el blog al que hacía referencia mi post.

      Trataba de poner a la luz el problema que resultaba para esa madre explicar a su hija la falta de figura paterna en su familia. Por otro lado, me interesaba destacar la coexistencia de distintos tipos de familia y la imposibilidad de acercarse a todas como si pudiesen duplicarse los esquemas de la familia «tradicional».

      Mi conclusión era: 1) La decisión de tener un hijo como madre soltera es meditada y unilateral; 2) En cualquier caso, explicar la situación al niño es algo que tiene los mismos matices que cualquier situación que escapa a la edad del menor y, a veces, a la propia persona, así, al divorcio, la muerte, la enfermedad, los fracasos… no todas las personas se acercarán igual; 3) Por último, me interesaba refrendar que la tolerancia es bidireccional, no sólo deben ser respetados los que optan por los nuevos modelos,sino también los que se mantienen en el modelo de familia «tradicional».

      Al final, pienso, los problemas los hacemos antes los adultos que los menores.

      Interesante aportación la de «Pa. Co», sí la conocía, pero, en general, no es algo que sabe todo el mundo, ni siquiera, los propios Pacos.

      Saludos

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