El Zoco Notarial
Un día, en Torrevieja, en una de las salas de mi Notaría; aguardaban unas personas para la firma de un préstamo hipotecario; eran marroquíes; después de haber asimilado que era necesaria la firma de la esposa, aunque la casa fuera de uno de ellos, para constituir la hipoteca -por cuestiones ¿culturales? entendían que el consentimiento de la mujer no servía para nada-; durante la lectura de la escritura -se trata de una operación absolutamente normal, en condiciones totalmente normales- al parecer, no se si por revelación, por costumbre o qué se yo, deciden ponerse a renegociar el préstamo con el representante de la entidad bancaria. El apoderado, que tenía muchas horas de vuelo, con la mejor de sus sonrisas les dice: «¿Ustedes se han creído que esto es el Zoco?». Apelaba a la costumbre que tienen en la cultura islámica de regatear en cualquier trato de los mercados. Los dos prestatarios, se quedaron boquiabiertos, el quiebro que habían recibido fue de solemnidad; la anécdota, impagable, han pasado años y aún la recuerdo.
Los rigores de la crisis imponen nuevas costumbres, todo se ralentiza, se pierden maneras, educación y el trabajo es más correoso. A veces, en la Notaría, se tiene la sensación de vivir en un auténtico Zoco notarial, todo se negocia, todo vale. Es frecuente que los tratos se rompan por un mal inicio o una falta de asesoramiento; también es frecuente pensar que todo es negociable. A todo ello no ayuda mucho el hecho de que las personas, espoleadas por la mala situación económica, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, piensen que todo es resoluble bajo el sabio consejo del Oráculo de Internet, donde todo se encuentra, pero no siempre todo se soluciona.
La realidad es que a la Notaría no se viene a cerrar los tratos. Los acuerdos se hacen antes; incluso, si se quiere, se pide asesoramiento en la Notaría, se revisan borradores, se preguntan dudas… pero el día de la firma se viene a poner el broche. A pesar de ello, es posible que, por los motivos que sean, en el momento de la firma se frustre una operación; no debería ser habitual, pero puede pasar. Puede haber habido un error al entender el acuerdo; puede que una de las partes no acabe de cumplir sus compromisos, puede que haya sobrevenido una imposibilidad o se haya descubierto algo, in extremis, antes de la firma de la escritura. No pasa nada. Se aborta la operación, igual se puede recuperar en el futuro, o no; en su caso, si ha habido algún incumplidor se depuran las responsabilidades y a otra cosa, mariposa.
Muchas veces, ante imposibilidades insalvables, yo mismo les hago reflexionar a las partes sobre lo frágil del acuerdo que pretenden adoptar. En tales casos, suelen hacer caso, se toman un tiempo para reflexionar y, a los días, o meses, se retoma con éxito la operación.
En este contexto, convendría llamar la atención sobre la conveniencia de un buen asesoramiento previo, no sólo en la propia notaría; sino en los tratos preliminares o en el momento de decidir hilvanar la operación. Existen muchos y muy buenos abogados; como siempre digo, hay decisiones que nos vinculan toda la vida, ¿realmente nos conviene lo que pensamos que es bueno para nosotros? El notario debe informar el consentimiento; sin embargo, no es parcial, no decide por el interesado, a lo sumo le hace reflexionar, pero, en mi opinión, no está para hacer y deshacer tratos en el momento de la firma.
Por todo ello, puede ser conveniente, en función de las circunstancias, contratar un profesional que nos asesore para formar nuestra voluntad. Pues el notario comprueba si el consentimiento coincide con la voluntad debidamente informada de las partes; pero el notario no forma la voluntad.
Antonio Ripoll Soler
Cuanta gente infravalora la importancia de un buen asesoramiento. Y lo penoso es cuando esa falta de asesoramiento es fruto de la cabezoneria o del engreimiento, del yo lo se todo, yo se lo que hago…
Con tu permiso, te robo el artículo para rebloguear, me ha encantado.
Muchas gracias por tus palabras y bienvenido al blog!
Feliz fin de semana!
Hola, he firmado las arras con una definicion concreta ‘» contrato condicionado a la aceptacion de las condiciones por parte de la Sareb»,en que puede afectar,cuando se acuda al notario yo compro el piso por una cantidad mas baja que la hipoteca que tiene este piso,el vendedor me dice que estara empleado de banco presente, yo no tengo que cargar con la hipoteca, el piso se ha de entregar libre de cargas ha de mostrar un certificado conforme a liquidado hipoteca, no es cierto? Muchas gracias
Estimado Jordi, en ese tipo de operaciones, se suele hacer simultáneamente la cancelación a la compra, piense que sin el precio, que usted entrega, el vendedor no puede cancelar. La operativa es normal, el notario le informará en todo caso y no debería existir ningún problema.
Saludos