El cazador de ruidos

Acta ruidos El Blog del Notario   Sucedió hace no mucho tiempo, en un primer piso de Alicante, próximo el verano un padre y una hija, convocaban a las ocho treinta, al oscurecer a dos personas en su casa. Todo apagado, todo en silencio. Ventanas cerradas. Todos permanecían inmóviles, a la espera de que algo rompiera la calma de la noche que empezaba. El primero de ellos era un ingeniero técnico, el segundo, yo mismo, el Notario que relata esta historia.

   A las 20:45, por unos instantes, nos sorprendió el rechinar pesado de una cadena que parecía morder la pared de la casa. Rápidamente, como si la presa fuera a esfumarse, técnico y notario comenzaron su trabajo. El primero manipulaba un fonómetro -aparato para medir el sonido-. El segundo, este notario, cotejaba las indicaciones que el instrumento de medida manifestaba, tomaba nota y reseñaba lo que el técnico indicaba.

   Después, otra espera, no recuerdo el tiempo. Se repitió al cabo de un rato igual sonido. Más tarde, se sucedieron vibraciones de otro tipo, murmullos y zumbidos de distinta índole. La inspección se extendió más allá de la propia vivienda, llegando a la escalera y zonas comunes. Estuvimos en la vivienda casi cuatro horas, ininterrumpidas, en silencio y tomando las anotaciones relatadas.

   Esta mañana leía dos noticias relacionadas con la historia que cuento; la primera, relataba que el quince por cien de los hogares españoles sufre molestias por ruido; la segunda, era el pórtico de la anterior, que llevaba por título: Una pianista se enfrenta a siete años y medio de cárcel por molestar a una vecina.

   En el temas de los ruidos hay dos componentes: 1) El subjetivo, cada uno es diferente, a todos no nos gusta lo mismo, cada uno tiene su propia vara de medir, lo que para unos es sumamente agradable y placentero, para otros puede ser insufrible; y, 2) El objetivo, existe una normativa que regula tanto las condiciones de ejecución de las obras nuevas como los decibelios permitidos.

   En muchas ocasiones, entre personas tolerantes, una mera conversación debería bastar para encontrar la armonía. Sin embargo, no siempre es posible. Muchas personas se creen con derecho a hacer lo que consideren amparándose en su subjetividad. La Ley de Propiedad horizontal, prohíbe realizar actividades molestas para los demás vecinos. Por desgracia, muchas veces es el Juez el que nos debe recordar nuestros deberes.

   En el caso que nos ocupa, la familia que requería mis servicios había sido sorprendida por la instalación en el bajo de su casa de un negocio de productos refrigerados. Todas las mañanas y noches, además de aleatoriamente cuando el comerciante accedía fuera de los horarios de apertura al negocio, se accionaba el motor de la puerta. Sonaba como si estaba dentro de la vivienda. Al mismo tiempo, de forma discontinua, los motores de las máquinas frigoríficas generaban ruidos y vibraciones.

   En esas circunstancias, la familia había llegado a tener determinados transtornos nerviosos.

   ¿Qué pintaba el técnico en todo esto? Al empezar los trámites para demandar al vecino, propietario del negocio, se hacía necesario medir los ruidos para comprobar si estaban o no dentro de lo permitido legalmente; el técnico debía efectuar las mediciones.

   ¿Qué añadía la presencia del notario? El notario no es técnico, sin embargo constata la veracidad del proceso de medición y refrenda lo actuado por el técnico, de forma que no puede ser discutido como hecho en juicio.

   Se suele llamar a la policía, sin embargo, la mera presencia policial alarmar y alerta al causante de los ruidos, en tales casos apaga las máquinas, como habían relatado los propietarios del piso. Por otro lado, suele ser necesario medir durante bastante tiempo, a lo cual no accede la policía.

   Lo anterior son las consecuencias del ruido padecido por unos vecinos, así como las actuaciones para silenciar al perturbador. Sin embargo, muchas veces puede ser interesante, antes de comprar una vivienda tener la diligencia y el asesoramiento debido, así, puede ser muy recomendable:

  1. Visitar el inmueble varias veces y en distintas horas. Así nos percataremos de las condiciones del inmueble.
  2. Preguntar a los vecinos.
  3. Obtener el asesoramiento de un técnico.
  4. Comprobar el libro del edificio y normativa que nos hablará de las características de la construcción así como de los límites de tolerancia. No siempre será posible en viviendas antiguas, pero para eso está el técnico.
  5. Meditar, tanto si se es el causante de los ruidos como el que los podría padecer sobre el tipo de vivienda que queremos, sobre dónde pensamos poner el negocio; pues, a lo mejor, eligiendo adecuadamente evitamos todos los problemas anteriores.

   Antonio Ripoll Soler

   Notario de Alicante

   http://notariaripoll.com

4 Comentarios »

    • Mi historia, Noemi…, pues no tengo ni idea; hice el acta, se certificó lo que procedió y la familia decidiría posteriormente, debidamente asesorada por su abogado, hasta donde quería llegar… igual también nos enteramos por la prensa… o no.
      Saludos!!

  1. Mi querido Notario:

    Gracias siempre por aportarme tanto conocimiento.

    En mi experiencia como AAFF puedo decirte que estos casos extremos AAFFortunadamente no se dan con mucha frecuencia, pero cuando ocurren… la labor de mediación del Administrador de la Finca es imprescindible, y logra la paz en el 90% de los casos.

    Además de todo lo que aportas en tu post añadiría que el 90% de los cONflictos se debe a algún problema de comunicación y el 10% restante al tono en que se ha comunicado.

    Un abrazo.

    Maribel Orellana Gil
    Col.2392 CAF MÁLAGA
    #AAFFINKIETA
    http://www.orellanagomez.com
    #alwaysON

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