Embarazada de político quiere abortar

aborto   El Consejo de Ministros de ayer aprobó el anteproyecto de -llamémoslo así- Ley del aborto. Esta mañana los titulares de los periódicos no eran ajenos a la noticia. Antes que el cambio de regulación del aborto, una de las cosas que más me ha llamado la atención ha sido lo referente a que las mujeres deben reflexionar por un periodo mínimo de siete días antes de la intervención. Yo, que a lo mejor soy un poco visceral, he pensado: «¿Legisla el PP bajo la presunción de imbecilidad del ciudadano?». Así dicho, suena un poco fuerte; trataré de explicarlo.

   Hoy en día, queramos o no, el acceso a la información, desde muy temprana edad, es casi infinito. Sea como fuere la información que se pretende suministrar a la mujer, tenga o no fotos de ecografías, la gestante podrá haberla buscado previamente. Indudablemente, debe haber un consentimiento informado para abortar. Es una decisión de suma transcendencia en la vida de la mujer, aunque cada cual le de la que considere. Sin embargo, la política legislativa del PP en esta y otras materias parece pivotar en torno a una suerte de adoctrinamiento previo. Parece presumir que el ciudadano español es incapaz de informarse, de demandar información. Igualmente, da la impresión que los profesionales que intervienen en las decisiones importantes de nuestros ciudadanos son negligentes. Así, se amplía el tiempo de reflexión de tres a siete días.

   Los problemas no se resuelven imponiendo plazos sino formando adecuadamente a la sociedad. Una sociedad madura demandará información; una sociedad débil demandará un papá Estado que controle todas sus decisiones.

   Me vienen a la cabeza varios temas que tienen que ver con mi profesión: 1) Todos aquellos que periódicamente aparecen por la notaría diciendo que no han firmado tal o cual documento -lo cual, siempre es mentira-; 2) Aquellos padres que fiaban a los hijos que recibían el préstamo y siempre juran en arameo que se les engañó; y, 3) La más reciente imposición de la necesidad de redactar manuscrito declarando haber sido informado del suelo de las hipotecas. Parece que en este país hemos abusado tanto de hacernos los tontos que al final ha llegado al Gobierno un partido que nos trata como tales.

   Por otro lado, también, antes que el fondo de la regulación sobre el aborto, me llama la atención que existan determinadas materias de suma transcendencia para el día a día de nuestra sociedad, que sean susceptibles de ser cambiadas en función del color del grupo que gobierne. Determinadas parcelas sociales, matrimonio, educación, aborto… deberían  estar consensuadas y reguladas de forma estable. Cambios pendulares legislativos dan una auténtica imagen de República Bananera. Es otro síntoma de la falta de madurez de ¿nuestra sociedad? ¿nuestros políticos? ¿nuestra democracia? No se puede votar, elegir a un partido, como el que decide ser del Madrid o del Barcelona. Tampoco parece sano que existan sólo dos opciones que fagocitan las demás.

   En el tema del aborto, personalmente, yo no he percibido una necesidad social de cambiar la legislación vigente. Será que vivo en una campana. Existen otros problemas que preocupan a la sociedad española más. Da la impresión de que se trata de imponer una forma de pensar de forma revanchista.

   Yo no soy mujer. Creo que es muy fácil hablar sin estar en situación; lo que supone abortar es algo que o se vive o difícilmente puede ser narrado como si se estuviese viviendo en primera persona; pero pienso:

  1. Si en toda Europa se funciona con un sistema de plazos y estamos en Europa… A buen entendedor pocas palabras deberían bastar. A lo mejor deberíamos empezarnos a creer lo de la Unión Europea y uniformar determinadas formas de pensar y entender las cosas.
  2. Tener o no tener un hijo afecta sólo a la mujer. En España la filiación paterna, legalmente, es endeble y va supeditada a la previa determinación de la materna. El padre, durante el embarazo no pinta nada.
  3. El hijo acompañará a la madre durante toda su vida y condicionará el libre desarrollo de la mujer, lo que puede que sea especialmente significativo en un supuesto de embarazo no deseado.
  4. La mujer española en edad de abortar a la que, en general va dirigida la Ley, es hija de la Democracia actual, de nuestro sistema político y los valores impuestos con posterioridad a la Constitución; leyes como la que se pretenden y actitudes como las que la promueven dicen muy poco a favor del camino recorrido en los últimos treinta y cinco años. ¡Qué triste!
  5. Al final, como en otras muchas cosas, existirá el aborto para ricos y el aborto para pobres. ¿Es conveniente volver a la época en que las españolas abortaban en Londres?

   En fin, una vez más, me parece que nuestros políticos actúan con una notable hipocresía y se dedican a legislar para la galería; lo que no se es dónde piensan que está la galería. ¿Creéis que nuestros políticos están a la altura de nuestra sociedad? ¿Está nuestra sociedad formada suficientemente? ¿Es madura nuestra democracia?

Antonio Ripoll Soler

Notario de Alicante

http://notariaripoll.com

7 Comentarios »

  1. Tener o no tener un hijo afecta solo a la mujer? Ni como padre ni como hijo creo que eso sea verdad. El resto de argumentos son una base igualmente endeble para justificar sobre ellos el derecho a impedir nacer a una persona.

    • La sociedad tiene más nível intelectual que los políticos, Mayor resolución en los problemas que preocupan, y sobre todo, mayor honradez.
      Estamos asqueados de ellos, y en especial con esta penuria que nos toca soportar desde que está el pp, de nuevo, gobernando.
      Una mayoría recelamos haste de oir las noticias porque no hay una buena.
      Solo espero que el futuro gobierno, que no será el pp sin duda, tumbe toda la sinrazón y caspa franquista del actual gobierno.
      Las mujeres parimos y las mujeres decidimos!! Y siempre ha sido así. El aborto ha asistido desde que existimos, pero otra cosa es fingir que no se ve.
      He tenido hijos porque así lo quisimos, primero yo y luego mi pareja. Y nadie más tiene que decidir. Nadie más. Ni los hipócritas del pp ni los más hipócritas, todavía, de la iglesia.
      Tenía muy claro que abortaría hasta el extremo de poner mi vida en peligro. Y es que soy libre.
      De acuerdo contigo cien por cien.
      Felices Fiestas!!

      • Interesante aportación, María; lo que más me ha gustado es el hincapié que haces en que «el aborto ha existido siempre».

        Cierto; en este sentido recuerdo una novela, escrita en 1962, Tiempo de silencio, yo la leí a finales de los 80; en aquel momento fui consciente de que el aborto ha existido siempre. En ella se narraba un aborto clandestino fruto del cual la joven moría al haberse practicado de forma inadecuada como consecuencia de la clandestinidad.

        Así las cosas, con independencia de la valoración que cada cual de al aborto -de la Iglesia es lo de la paja en el ojo ajeno-, yo no estoy para juzgar, pero llegado el caso si una hija mía se viera en esa situación preferiría que no tuviese que actuar a escondidas y avergonzada ante una sociedad que se erige en Juez de lo ajeno. Es muy fácil opinar, pero la vida de la gestante sólo la vive ella.

        Felices Fiestas, también para ti.

    • Estimado Fernando:

      En primer lugar, agradezco tu participación.

      En relación a tu comentario, me gustaría apuntar:

      1) En el post no se defiende expresamente ni se ataca el aborto. Yo tengo mi opinión al respecto. Lo que, en cualquier caso se critica es la forma de legislar, así como las idas y venidas en determinadas materias con la transcendencia como la que nos ocupa. Las Leyes, si queremos ser ser serios y parecerlos, deben ser estables.

      2) Por lo anterior, lo que pueden haber parecido argumentos pro aborto, en realidad, siendo más exactos son argumentos a favor de un tipo de legislación.

      3) En cuanto al tema de que el padre tenga o no mayor papel, que es lo que, al parecer más te ha llamado la atención; la realidad es que en nuestro sistema legal, la figura del padre, prácticamente, no se tiene en consideración hasta el momento del alumbramiento. La madre lleva a la criatura en el vientre; el padre es ajeno a ello, al menos desde un punto de vista físico.

      4) En este sentido, la realidad es que un embarazo no deseado para una mujer, en la práctica, tendrá unas consecuencias distintas para la madre que para el progenitor varón, por muy ¿responsable? que éste sea; con lo que, como dice nuestro Tribunal Constitucional, situaciones distintas deben ser tratadas de forma diferente; y así, aunque sea cierto que genéticamente padre y madre son imprescindibles, durante el embarazo, una vez fecundado el embrión, el papel del padre es distinto al de la madre; las secuelas emocionales y los vínculos afectivos también.

      5) En cuanto a «impedir nacer una persona»… a mi me parece que la situación que lleva a una mujer a tener que abortar es lo verdaderamente triste. En ese contexto, no siendo el aborto el remedio ideal, puede que sea el menos malo; deben ponderarse los intereses en juego, respeto, no obstante, que tu ponderación sea distinta.

      Saludos

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