El dinero negro ni se crea ni se destruye: solo cambia de manos

   En los últimos días, una familia acudía a la Notaría. Los padres acompañaban al hijo a la compra de una vivienda. Previamente, los padres habían dado un dinero a su hijo para ayudarle en la operación. Se trataba de una donación de dinero. El dinero procedía de los ahorros del matrimonio. Hasta ahí, todo normal.

   El chico quería que todo estuviera con arreglo a Ley. No deseaba tener ningún problema con Hacienda. La donación en la Comunidad Valenciana, aunque recientemente se ha empeorado el régimen fiscal, sigue siendo ventajosa, especialmente si es de dinero y hasta cierto importe. Debe hacerse en escritura pública y justificarse la procedencia y el destino del dinero. Una transferencia de una cuenta a otra sirve fácilmente a tal fin.

   El matrimonio había depositado una parte del dinero, la más importante, en el Banco. El resto, unos 7.000 euros, aproximadamente, lo habían guardado, como se suele decir, «bajo el ladrillo». Se trataba de los ahorros de… ¡nueve años! que la buena mujer había ido sisando a la economía familiar, a fin de ayudar a los suyos cuando las circunstancias lo pidieran. La señora tenía el pensamiento de que los Bancos no son seguros y no se fiaba de dejar todos sus ahorros a merced de cualquier contingencia bancaria. Los tiempos no están para andarse con bromas.

   Ese dinero de «debajo del ladrillo» era totalmente legal. En realidad, no era un dinero irregular, no era dinero negro. Sin embargo, al haberse sacado de los circuitos habituales, se había oscurecido un poco.

   Sacar ese dinero a la luz con motivo de la donación tenía el problema de justificar la procedencia del mismo. La bonificación fiscal lo exige para tener derecho a ella. Tal justificación resultaba sumamente difícil. Las oficinas fiscales no entienden del sentido común que imperaba en la operación. Simplemente, se cruzan datos y el dinero aparece o no aparece justificado.

   Por muy mal que estén las cosas, en las circunstancias actuales, el dinero, al menos los ahorrillos de una familia normal española, donde mejor están es en los Bancos. A la hora de moverlo es más fácil justificar cualquier contingencia. Por otro lado, una vez que se tiene una cuenta abierta, los gastos no se incrementan por que haya algo más de dinero, antes al contrario.

   En este país, sin embargo, se confía bastante en el manto protector del ladrillo de casa. Probablemente por creencias generadas en épocas pasadas de inestabilidad.

   También, parece haber una especie de ilusión en oscurecer el dinero legal. La gente habla de «A» y «B»; «blanc o negre», como si fuera algo que todo el mundo genera cuando, la realidad es que el españolito medio tiene sus cosas en orden y su fiscalidad ordenada. Además se habla del tema con notable desparpajo, lo que no deja de sorprender.

   El problema es que todos esos malos consejos, al final, sólo generan problemas para el que se presta a ello. El notario no está para ayudar a esconder el dinero, pero se debe contar la verdad a fin de evitar que esos problemas se incrementen. Muchas veces no se ha hecho nada irregular, pero la irregularidad surge cuando se pretende saber mas que el profesional. Una donación, compraventa, testamento… realizados sobre verdades a medias no generan más que efectos negativos y sus consecuencias muchas veces son irreparables.

Antonio Ripoll Soler

Notario de Alicante

www.notariaripoll.com

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