Emprendedor: La casa por los cimientos.

Emprendedor: tu idea y algo más   Ignacio y Marta son dos amigos, los dos han cursado similares estudios, se conocieron en el colegio y coincidieron estudiando Empresariales en la Universidad de Alicante. Con la crisis, son otros de tantos españoles que necesitan poner la cabeza a pensar a fin de alumbrar una idea de negocio que acabe con su propia crisis personal.

   Después de un tiempo cada cual ha tenido su idea, el sueño de Ignacio y el de Marta son complementarios.

   Ignacio es muy creativo, tiene mucha imaginación y siempre ha ido un paso por delante; tiene visión de futuro. Sin embargo, es desordenado e introvertido. Marta, en cambio, derrocha don de gentes, es segura de sí misma, sabe que está llamada a hacer cosas grandes. Es una persona eficiente y ordenada, tiene las cosas claras y vocación de líder.

   Todos los días cada cual, por separado, acude a las entidades de crédito en busca de financiación. Ignacio expone su idea al gestor de negocios de la sucursal, le dice que tiene un proyecto muy original y que sabe que dará mucho dinero, espera que crean en él, pues siempre, el tiempo le ha dado la razón, se trata de una cuestión de confianza.

   Marta, por el contrario, ha elaborado un detallado portfolio. Todo está explicado al detalle, presenta imágenes, las bases sobre los que ha de descansar la futura marca. Tiene trazado un ideario de la empresa. Se trata de un proyecto depurado. Sin embargo, su idea, aunque es similar a la de Ignacio le falta la chispa que la haga única y que le permita abandonar la mediocridad para distinguirse de las demás. En el Banco no acaba de convencer.

   Los dos, desolados, pues no encuentran el dinero para empezar, todas las tardes comparten café y se cuentan cómo de duro ha sido su día.

   Un buen día, conocen a un profesional, Luis, que les asesora y les explica, que sus ideas son complementarias, que pueden trabajar juntos y así hacer atractivo su proyecto. Además combina el genio de Ignacio con la eficiencia de Marta, y les informa sobre las cosas accesorias que son necesarias para el buen fin de su empresa, esas cosas en las que no habían reparado, pues no son ni tener la idea, ni venderla; pero que, sin embargo, son para empezar, casi tan importantes como todo lo demás.

   Con la ayuda de Luis, la idea de Ignacio y la estrategia de Marta, nuestros amigos constituyen una sociedad, obtienen la financiación adecuada y pasados tres meses… ¡han contratado tres personas! Su sueño se ha hecho realidad.

   Y es que, emprendedor, tan importante es tu idea como hacerla realidad, rodearse de profesionales que te ayuden a ver lo que para ti pasa desapercibido puede trazar el límite entre tu sueño y la realidad.

Antonio Ripoll Soler

Notario de Alicante

www.notariaripoll.com

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