Quiero el sello notarial más barato que tenga

sello_notaria_alicante   Si, «el sello notarial más barato»  de la Notaría me pedía un señor, en los últimos días, que pusiera en un documento que traía. La verdad es que siempre escucho a todo el mundo como si fuera la primera vez que oigo un problema. Sin embargo, cada vez me cuesta menos hacer el esfuerzo de colocarme en esa situación.

   La época que llevamos viviendo, desde que la crisis se instaló en nuestra cotidianeidad, está poniendo a prueba nuestra capacidad de asombro. Nunca me imaginé que alguien me llegara a pedir el sello notarial más barato de la notaría. Cada vez son más los ruegos anodinos, las personas que confían que por la intervención notarial, sin más, todo se soluciona.

   Los servicios notariales desembocan en la autorización de una escritura, de un acta, de una diligencia o, bien, en la intervención de una póliza. Cobramos de acuerdo con un arancel que se aprobó en el año 1989 y que no se actualiza con el IPC; por contra, sí que ha sido, en numerosas ocasiones, recortado y aderezado con actuaciones gratuitas.

   Sucede que, para lo bueno y para lo malo, la sociedad española, confía en el valor añadido que ofrece el notario. La marca notarial supone un plus sobre aquello que se acerca a ella.

   Sin embargo, los notarios no estamos para crear apariencia de legalidad. Las cosas son lo que son. Bien vale aquí lo de «aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Algo que resulta tan evidente, por desgracia, es fácil que sea utilizado de una forma inapropiada. Por eso, no se puede albergar bajo el paraguas de la fe pública notarial lo que no merece ser protegido. De lo contrario se pueden realizar abusos.

   El problema que tenía ese señor es que, en lugar de solicitar consejo, pensó que bastaba con poner un sello a su documento para que produjese los efectos pretendidos. Así, aunque inicialmente podía parecer lo contrario, la realidad es que perseguía unos efectos lícitos. Tras escuchare y entender su problema, se le ofreció la solución más adecuada, la cual distaba mucho de, simplemente, poner un sello.

   Lo anterior no quiere decir que una escritura nunca deje ningún cabo suelto. En ocasiones, la peor escritura es mejor que la inexistencia de documento notarial. En estos casos, lo importante es conocer,  realmente, el alcance del documento que estamos firmando, para lo cual el notario debe haber asesorado a las partes, por ello, en las escrituras se hace constar que el notario da fe del contenido del instrumento, el cual coincide con la voluntad de los otorgantes y con el consentimiento prestado, debidamente informado.

   Pregunta a tu notario y déjate asesorar; a fin de cuentas no es tan distinto de acudir a cualquier otro profesional ¿a que en esos casos tienes claro quién es el cirujano, el mecánico o el abogado?

Antonio Ripoll Soler

Notario de Alicante

www.notariaripoll.com

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