De mayor quiero ser… ¡¡Emprendedor!!

imagen tomada de internet

   Nuevos tiempos, nuevos problemas, nuevas soluciones… nuevos conceptos. Juan ha oido mientras cursaba sus estudios en la Universidad que lo que ahora se lleva es ser emprendedor. El emprendedor es una persona que aparece periódicamente en las leyes. Debe de ser alguien muy importante, cuando tanta atención requiere. Juan, por eso, como no tiene claro qué salidas tiene ante la crisis, ha decidido ser… ¡emprendedor! Pues en todos los foros de internet encuentra mucha información que relata lo sencillo que eso es.

   Como todo emprendedor que se precie ha de tener una sociedad. Da igual que no tenga clara la actividad que va a desarrollar esa sociedad. No sabe aún qué venderá, que servicios  ofertará. Pero no puede ser emprendedor sin una sociedad.

   Para tener su sociedad ha ido a una Notaría donde ha pedido una sociedad, rápida y barata. «¡He de empezar el negocio cuanto antes!», dice ilusionado en la Notaría.

   Juan ya tiene su sociedad ¿y ahora qué?¿es ya emprendedor?¿se puede ganar la vida con ello?

   Lo que acabo de relatar está basado en la pura realidad. De un tiempo a esta parte han surgido muchas leyes tendentes a la estandarización de los instrumentos jurídicos. Abaratar costes. Conseguir eliminar trámites. Dar celeridad al alumbramiento del negocio. Todas esas son las premisas de la política legislativa de los últimos años. A tal fin ha sido intranscendente el color del Parlamento.

   Siendo útil y no falta de buenas intenciones la anterior perspectiva, no debe olvidarse que todo negocio requiere una planificación. Por muy rápida que se constituya una sociedad no tendrá éxito si no va acompañada de un proyecto sólido.

   Es cierto que se debe probar y reiterar experiencias, pues las cosas no siempre salen bien a la primera. Sin embargo no debe faltar esa planificación.

   Desde un punto de vista jurídico la planificación incidirá en aspectos tales como la forma jurídica que va a amparar el ejercicio de la actividad. Esta forma podrá ser la de un empresario individual o, por el contrario, se podrá acudir a un tipo societario. La opción tendrá consecuencias fiscales, documentales y patrimoniales.

   Si acudimos a una forma societaria, podremos elegir unos estatutos tipo, orientativos. Sirven para empezar. Sin embargo no están pensados para negocios que tengan estabilidad en el tiempo. A veces merece la pena invertir en una adecuada planificación jurídica.

  Esa planificación incidirá en aspectos tales como el régimen de transmisión de participaciones sociales en caso de fallecimiento de uno de los socios. En tal caso se evitarán muchos problemas, pues a lo mejor no queremos seguir en sociedad con el cónyuge del socio fallecido que nos bloquea el negocio por una falta de planificación.

   Será útil introducir una cláusula arbitral. De esta manera, ante un eventual conflicto, se podrá resolver rápidamente, de forma imparcial y sin acudir a los tribunales de justicia. Evitaremos agotamiento personal y económico de los socios.

   Son muchos los aspectos a tener en cuenta e igual que sucede en todos los órdenes de la vida hay soluciones de andar por casa. Son válidas y solucionan problemas. Pero si realmente queremos tener éxito debemos invertir tiempo y medios en esa planificación y en el debido asesoramiento. Pensemos que nuestra empresa, su estructura, debe ser dinámica y acomodarse a los tiempos y realidades sociales.

Antonio Ripoll Soler

Notario de Alicante

www.notariaripoll.com

3 Comentarios »

  1. A ver si lo entiendo, es aquello de que ¡La potencia sin control no sirve de nada!!.

    Creo que todas las ideas que tengo necestitan una maduración por un profesional, que hay muchas aspectos a tener en cuenta.

    (Nunca había imaginado que la esposa de mi socio pudiese ser tan importante en mi negocio,…etc)

    • Efectivamente, amigo, la esposa de tu socio, por ejemplo, cuenta mucho. Da igual que tu socio esté casado en gananciales o en separación de bienes. Si luego resulta ser la heredera, a lo mejor te amarga la vida si no te llevas bien y se paraliza el negocio. Dicho negocio, puede que para ella fuese un activo más de la herencia, tal vez intranscendente, pero para ti es tu medio de vida.

      Por eso una adecuada planificación de la empresa tiende a prever esos problemas y muchos otros.

      Y sí, de nada sirve una sociedad por muy barata que sea, si no la adornamos con el adecuado asesoramiento y medidas oportunas. Es algo así como cuando te ofertan un teléfono de última generación y no le pones la tarifa de internet.

      Saludos,
      Antonio Ripoll Soler

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