El mito de la caverna
«¿Crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?»
Resulta que los notarios, día a día, nos vemos obligados a resolver cuestiones sobre la marcha. Me gustaría decir que ello es debido a nuestra propia negligencia. Sin embargo, es frecuente que los interesados en el momento de la firma se saquen un as de la manga. Sí, un documento que no habían aportado; un problema sobre la posesión; un poder con el que no se contaba; una carga no inscrita… incluso, en otras ocasiones, la nota del Registro de la Propiedad, cuando llega, nos descubre algo que trastoca totalmente el enfoque de la operación.
En un mundo ideal, si las cosas se hiciesen sosegadamente, no existiría problema en haber previsto todos los incidentes, pero muchas veces, la operación se quiere para ya y para ese momento ha de ser. Es curioso, porque ni los aranceles se encarecen (como tampoco se rebajan cuando los asuntos se encargan ordenadamente), ni la responsabilidad profesional se minora, cuando son los pocos interesados los que juegan con los tiempos y riesgos. Es el sistema y, para lo bueno y para lo malo, es el que es.
Como en muchas ocasiones he insistido, Notarios y Registradores conformamos lo que se viene a llamar la seguridad jurídica preventiva. Nuestra actuación, la de las dos profesiones, evita problemas, minora la litigiosidad y a la Administración le interesa que las dos instituciones existan.
En el fondo, como una vez me refirió un querido compañero, Registrador de la Propiedad de Alicante, Notarios y Registrador son dos profesionales que trabajan conjuntamente al servicio del ciudadano.
En el bien entendido que supone ese tándem que mira sólo por y para el ciudadano, muchos notarios llamamos a nuestro compañero Registrador, cuando el quehacer diario nos pone uno de esos bretes repentinos sobre la mesa. La magia del sistema te brinda la posibilidad de contrastar opiniones con quien está al otro lado de la montaña; con lo que testas la solución con quien, a la postre deberá valorarla.
Es algo que hemos hecho los notarios desde siempre y que con compañerismo grato y exquisito prodigan muchos registradores.
No obstante lo anterior, no son pocas las veces en las que me encuentro que mi interlocutor me dice:
«Tengo que estudiarme esto, tú habrás tenido mucho tiempo y ya lo tendrás claro.»
«Y si firman, el padre, la madre, la suegra y el apuntador… y además aportan tal o cual licencia.»
Ese tipo de problemas son ajenos al propio funcionamiento del sistema. Se nos exige rapidez y respuesta inmediata, tal vez no sea lo ideal, pero es lo que la sociedad demanda. Muchas veces, pues, siento que mi compañero, con buena intención, se encuentra, en el Registro de la Propiedad como los prisioneros de la caverna, que no ven sino reflejos y sombras de una realidad que existe más allá de los libros.
Este post se lo dedico a @ostinus77 , obrero registral -como el se autocalifica-. @ostinus77, cuyo nombre guardo para mi, es un empleado de un Registro de la Propiedad de España. Lo conozco hace tiempo y me ha demostrado un sobrado conocimiento tanto del Derecho sustantivo como de la técnica registral. El pasado fin de semana, @ostinus77 daba el salto, salía de la caverna registral, y se convertía en blogger. Desde aquí le deseo el mayor de los éxitos y que disfrute con la aventura. Su actitud me ha generado sensaciones agridulces. Lo dulce, por supuesto, su iniciativa no exenta de calidad y nivel. Lo no tan dulce, que tan grata labor no se reconozca -quedando en la penumbra del anonimato- por aquellos que desde su caverna siguen viviendo en el mundo de las ideas, ajenos a los cambios y al trabajo de los demás.
Pues qué decir de las palabras que me acaba de dedicar don Antonio…que agradezco en modo sumo la consideración, que la analogía platónica quizás es aplicable y que estoy completamente de acuerdo con la seguridad jurídica preventiva que otorga el sistema al que servimos.
En su día en mi Registro comenté que la reforma del art. 18 obligando a despachar los documentos en 15 días, la obligación de la presentación telemática de los documentos (y no como una opción más) y el pretendido acceso inmediato a los Libros del Registro no aportan ni un ápice de mejora a dicha seguridad jurídica. En especial lo último que incluso la perjudica.
Aunque en cosas como esas discrepemos don Antonio ha demostrado siempre buscar el bien del cliente al que yo, como al niño a veces maleducado, considero que muchas veces no sabe lo que hace al exigir al notario…esas prisas.
Gracias por todo don Antonio
Mucha razón, Antonio, y muy buen símil con el mito de la caverna. Nosotros mismos vemos muchas veces las sombras de lo que los interesados nos plantean, y tenemos que poco a poco ir sacando información. Esa información muchas veces ni siquiera resulta plasmada en la escritura, pero a nosotros nos sirve para valorar cosas como la causa o los motivos del negocio jurídico. Y si nosotros mismos, que estamos en contacto directo con el otorgante, tenemos que hacer un esfuerzo, siguiendo con Platón, por pasar de las Ideas a las Cosas, de las intenciones al documento, quien recibe una escritura, muchas veces aséptica y formal, se debe encontrar como comentas.
Suscribo además todo lo dicho por mi compañero Antonio y aprovecho para felicitar a Ostinus por su blog, ya era hora de que uno de los del «bando contrario» aportara su punto de vista de manera clara, directa y sin corporativismo. Los debates tuiteros con Ostinus siempre son interesantes, así que el blog seguro que lo será. Suerte!!
Espero no defraudar….un honor para mi créame.
No tengo palabras para dar las gracias por la acogida que me han dado.
Un abrazo
Seguro que no defraudas, has empezado muy bien, lo que pasa es que llevas un ritmo muy fuerte y el Blog es una carrera de fondo… pero eso está bien. Es ilusiON, motivaciON y amor a lo que haces.
Además, a mi me supone un estímulo.
Feliz tarde
Acabo de leer su artículo que ha publicado Finanzas.com y sinceramente, enhorabuena, de lo mejor que he leido en mucho tiempo. Gracias por ser tan didáctico.