#IIMillennium: la transversalidad del Derecho
Esta semana se ha celebrado la II Reunión Científica y Certamen Internacional de Derecho Internacional Privado, en Zaragoza, y todo ello ha sido gracias al esfuerzo e ilusión de Millennium y, especialmente, de la Doctora Doña Pilar Diago Diago, Catedrática Acr. y su mágnífico equipo de colaboradores.
He tenido la suerte y el honor de presentar un trabajo sobre el Proyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria, relativo a la acreditación del régimen matrimonial legal supletorio. Por tal motivo, durante los días 5 y 6 de este mes, me he desplazado a Zaragoza, donde he sido magníficamente acogido, se me ha hecho sentir como en casa, y, lo que es más importante, entre amigos. La experiencia ha sido inolvidable, aunque, espero, que sea repetible.
Durante los dos días que ha durado el encuentro, investigadores universitarios, profesionales -letrados, jueces, notarios…- y, alumnos hemos puesto en común nuestros trabajos, así como nuestra forma de aproximarnos a esa realidad imparable que es el Derecho Internacional Privado.
Para mi las jornadas han sido sumamente provechosas, he aprendido mucho, recordado instituciones y, sobre todo, he conocido otras ideas y formas de pensar, así como otras sensibilidades para aproximarse a los problemas jurídicos.
El título que he puesto a este post, tras referirme al hashtag con el que se tuiteaba el certamen, toma en consideración la transversalidad con la que deberíamos entender los juristas el Derecho.
Muchas veces se disocia la práctica de la investigación, los que ejercemos el Derecho a diario nos olvidamos de que la resolución de los problemas tiene que ser práctica pero, al mismo tiempo, motivada, sólo unos fundamentos sólidos hacen que la congruencia del sistema se respete y que éste pueda pervivir. Soluciones prácticas sin tener un respaldo científico, a la larga se volverán contra los propios operadores. Es lo que ha sucedido, por ejemplo, últimamente, con la RDGRN de 29 de septiembre de 2014, al aplicar el manuscrito de los préstamos hipotecarios con suelo, más allá de lo que la norma permite. La Dirección General ha olvidado el principio de jerarquía normativa y ha pasado a asumir funciones que no le competen usurpando el papel del legislador.
En otras ocasiones, es la Universidad la que no tiene en cuenta los efectos prácticos de sus líneas de investigación. En tales supuestos, magníficos trabajos carecen de sentido porque no se han colocado en el punto de vista del Derecho vivido que, a fin de cuentas, es el que resuelve problemas a los ciudadanos y lo que da sentido a investigadores y prácticos del Derecho.
Por eso, deben ser valorados muy positivamente este tipo de encuentros que hacen posible que ambas realidades se superpongan creando una sinergia muy valiosa.
Este post no sería completo sin referirme a los estudiantes. El nivel de sus ponencias fue extraordinario, por lo que todos, sin excepción merecen felicitación, respeto y admiración. Me es grato ver que hay una generación de juristas que empuja con fuerza y con ilusión. La presencia de los estudiantes es muy importante, pues ellos, todavía son tabula rasa. No han sido contaminados por los prejuicios que profesionales e investigadores podemos tener. Su mirada hacia el Derecho es pura, con lo que a profesionales e investigadores nos ayudan y enseñan mucho.
Personalmente, no puedo dejar de referirme a lo que ha representado para mi, que compartan su tiempo a jornada completa conmigo tres Catedráticos de Derecho Internacional Privado, los Doctores Don José Luis Iriarte Angel, Doña Elena Zabalo Escudero y la entrañable Doña Pilar Diago Diago. Es un privilegio que sólo aquel al que le apasiona el Derecho y su profesión sabe valorar en su justa medida. Como nobleza obliga, es inexcusable referirme a Don Santiago Monclús, socio director de SMF Monclús Abogados, que, además, ha sido un anfitrión excepcional. Creo que me vuelvo a Alicante con cuatro amigos.
La última noche, del último que me despedí fue de Don José Luis. Le dije:
«Ciertamente me da pena irme a Alicante. Os he cogido cariño a todos ¿A ti no te pasa?»
Mi interlocutor, de forma llana y con la claridad y sinceridad que había conocido durante estos días me dijo:
«Es lo que tiene la vida universitaria. Muchos sitios, muchos momentos y lugares, pero es muy bonita…».
El año que viene, si las circunstancias son favorables y tengo la suerte de que vuelvan a abrirme sus puertas, sin duda, estaré en Millennium ¿os venís?
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