Enseñar heredando
Siempre atiendo los testamentos con especial mimo. Me parece que, además de ejercer mi función, es una ocasión irrepetible de aprender de las personas que me visitan. Es algo que repito muchas veces.
La persona que hace testamento se enfrenta a sus preocupaciones más íntimas. No valoro las últimas voluntades que se me transmiten, pienso que cada cual debe sacar de sí lo que quiere dejar para ese momento. Yo, simplemente, procuro ayudar a que la persona encuentre dentro de sí su propia voluntad. A veces es fácil. En otras ocasiones, es un ejercicio de paciencia.
Me gusta que el testamento sea algo más que el mal llamado «testamento normal». Los testamentos notariales, tradicionalmente, son escuetos. Sin embargo, me parece que, con un testamento bien enfocado y explicado se pueden lograr muchas más cosas. Considero, son un instrumento de educación de los herederos y de transmisión de valores y convicciones íntimas del testador. En muchos de los testamentos que autorizo existen ruegos, justificaciones, explicaciones; pues enfrentarse a la decisión de un ser querido -normalmente, los padres- sin una mínima pista, a veces, puede dejar un sabor amargo en alguno de los receptores de esa voluntad, que no habría sido tal si se hubiese brindado una explicación.
Sin embargo, en esta ocasión, lo que relato, no está relacionado con la redacción de un testamento, sino con la apertura de una sucesión, con la formalización de una escritura de herencia.
En los últimos días, autorizaba la escritura de herencia causada por el fallecimiento de una madre de tres hijos, ya mayores, pero en plena juventud. Se trataba de un fallecimiento prematuro, con el dolor que ello había ocasionado a los chicos y al esposo. Uno de los hijos se acababa de licenciar en Derecho. Me gusta explicar una escritura a un estudiante o recién licenciado, procuro tratar como a mi me gustaría que me tratasen.
En este caso, el padre había decidido renunciar a sus derechos legitimarios en la sucesión de su esposa. El matrimonio estaba casado en separación de bienes. Nunca me llegó a decir su motivación, claramente. Muchas veces se hace esto para no mezclar patrimonios que ya estaban separados en vida; lo cual se ve facilitado si la economía del sobreviviente no depende de lo que su cónyuge deja.
Cuando leí la escritura, más allá de decir, simplemente que el padre-cónyuge renunciaba a su legítima; me pareció conveniente hacer un inciso y explicar a los hijos, especialmente, lo que estaba sucediendo. En ese momento cogí una calculadora y les dije el importe de lo que su padre estaba dejando de percibir para que lo percibiesen ellos. Se trataba de una cantidad interesante, que a unos chicos que acaban de alcanzar la mayoría de edad y aún no son autónomos, podía bastar para llamarles la atención. Sin embargo, en ese momento añadí:
«…además de esa cantidad de económica, que ya es considerable, vuestro padre, con su decisión está demostrando que confía en vosotros y en la forma en que él y vuestra madre os han educado. Al renunciar a sus derechos, está renunciando también a controlar vuestras decisiones sobre el patrimonio que ahora recibís; lo cual implica un alto grado de libertad, que con ello os concede…»
Fue un momento emotivo, lo cierto es que conforme pasa el tiempo, cada vez me tiendo a poner más en el lugar de los padres que de los hijos… será por el propio decurso natural de la vida.
Firmamos la escritura, nos despedimos… Transcurrido un rato ese padre aún no había abandonado la notaría, estaba ultimando unas gestiones; nos cruzamos en un despacho, mientras departía con uno de mis colaboradores, en ese momento, me miró y, de forma sincera y sentida, me dijo:
«Antonio, gracias por lo que has dicho a mis hijos»
Sus palabras, dichas con conocimiento de causa, fueron la mayor recompensa que puede brindar el trabajo bien hecho y es que…
«Dios escribe derecho con renglones torcidos»
Antonio Ripoll Soler
Notario de Alicante
¡Ojalá todos los notarios actuaran así!.
Hace años, en una librería de viejo, me regalaron varios testamentos del siglo IXX, con una caligrafía envidiable, en ocasiones hasta con florituras y una redacción en la que sí se tenían en presente estas cuestiones. Los guardo para mostrarlos como ejemplo de en ciertas cosas no sólo no ha avanzado la sociedad sino que ha retrocedido. Quizás no pueda pedirse más por 50 euros.
Estimado Manuel, muchas gracias por tu comentario, la verdad, halaga, aunque, no obstante, da que pensar. Supongo que, en la mía, como en todas, habrá de todo, cada cual tiene su carácter y su forma de entender las cosas. Yo procuro atender como me gustaría que me tratasen… A veces no es fácil, pero nadie dijo que tuviera que serlo.
En cuanto a lo de los 50 euros… el arancel, ciertamente, no está bien planteado, pues no siempre la escritura más fácil es la más barata, ni a la inversa. Sin embargo, no es justificación para no dar el servicio adecuado.
Sucede, por otro lado, que hay muchos tópicos y, como en todo, a veces los casos negativos suenan más que los muchos que cumplen su trabajo con abnegación. Sin embargo, tal vez, no sea yo el más adecuado para valorar esto.
Gracias, en cualquier caso, por compartir tu punto de vista.
Antonio
Esimado Antonio: !! enhorabuena»», tus palabras te reseñan,…, muy entrañable tu narración ,.., no estaría de más que nos aportaras alguna píldora legal,…, a los que todavía no hemos hecho testamento, con algunas consideraciones importantes, …, Yo personalmente me resisto a hacerlo ,.., y no será por su precio asequible , sino por que en el tiempo todos evolucionamos en cuanto a nuestras últimas voluntades y yo personalmente me revelo a estancarme en un legajo,.., aunque no sea lo más inteligente¡¡… Un saludo y gracias por tus píldoras… 🙂
Enhorabuena Antonio!! Doy fe por mi experiencia en la Notaria que eres , para bien, un Notario como he visto pocos. Esos detalles son los que marcan la diferencia
Querido Alberto, gracias por tus palabras, empañadas, seguro por el cariño y la amistad.
Abrazos, maño!
Reblogueó esto en IUSLEXBLOG les desea felices fiestas..
Gracias Antonio por enseñarnos siempre a nosotros. La semana pasada nos diste muchísimo que pensar, dejaste encantado a mi hermano y, coincidimos, eres muy diferente a todos los Notarios. Mi recomendación siempre por tu interés en dejar reflejado la voluntad real de cada testador.Un abrazo.
Hola Antonio, buenos días.
Desde hace un tiempo tengo la costumbre de recorrer un poco este y otros blog notariales antes de enfrascarme en el día a día laboral. Esta costumbre va asociada a mi interés en aprender un poco de la parte jurídica relacionada con la coordinación registro-catastro, si bien es cierto que la curiosidad me pica cuando veo un título de post interesante y me suele ocurrir tanto en este como en Justito.
El caso es que tras leer este escueto post, se me ha encogido un poco el estómago, he tragado un poco saliva y he vuelto de nuevo al párrafo inicial. Como bien dices, de los testamentos se aprende mucho, así como de las escrituras de aceptación de herencia, en las que muchas veces el notario plasma en un documento oficial lo que ha podido ocurrir en ese momento.
Como tu bien dices, el tratar como nos gustaría que nos trataran es algo fundamental, incluidas recomendaciones y aclaraciones más allá del aspecto técnico.
Gracias por el aporte!! Un saludo
Muchas gracias por tu comentario, justifica la existencia del blog y me anima a seguir!
Hola, quisiera preguntar una cosa:
¿Es posible renunciar a la herencia que pueda dejar un padre? En caso de ser así, y en caso de haber varios hermanos y yo querer renunciar a mi parte, ¿qué habría que hacer? ¿sería necesario estar presente? ¿o podría hacerse sin estar presente?
Gracias
Hola! Es posible, siempre que haya fallecido su padre, debe acudir a una notaria personalmente y contar los datos de que disponga.
Saludos