Bancos: No hay más sordo que el que no quiere oir

bancos: no hay mas sordo que el que no quiere oir   Si hay algo que caracterice la época en la que vivimos es la incertidumbre del día a día.  Por mucho interés que se tenga es difícil organizar la agenda. En un orden lógico de cosas, normalmente, cada cual organiza su tiempo a fin de poder atender el trabajo que le solicitan. Siempre he procurado, en la medida de lo posible, minimizar los tiempos de espera en el despacho. Procuro tratar como me gustaría que me tratasen a mi.

   Hoy ha sido un lunes cualquiera. Los lunes suelen ser días de poco trabajo en las Notarías -aunque cada vez es más difícil hablar de parámetros generalizable-s. Sin embargo, pese a ello, la jornada ha sido eterna.

   Las personas, hoy en día, se asesoran más que antes. Procuran hacer los deberes. Sin embargo, en este panorama, sorprende cómo las entidades bancarias van por libre. No se sabe si ello es consecuencia de oscuras consignas dictadas desde no se qué Gran Hermano.  Puede ser también que los hados se confabulen para lanzar un maleficio sobre todo aquel que entre en relación con un Banco. O, puede, simplemente que las entidades de crédito no estén a la altura de las circunstancias.

   Recuerdo con nostalgia cuando mi abuela decía aquello de dos no se pelean si uno no quiere. Sin embargo, la realidad es que la paciencia de los ciudadanos es infinita. El Banco, que presta el dinero, lo cual no es poco; se empeña en hacer de lo accesorio lo principal. Lo importante de un préstamo, digo yo, es lo que con él se pretende hacer; así, comprar una casa; resolver un problema de angustia económica; o, montar un negocio debería ser la principal preocupación del ciudadano que visita una Notaría. La entidad de crédito, que se supone que actúa de forma profesionalizada, debería pasar de puntillas por el despacho notarial. Actúan bajo contratos con clausulado altamente estandarizado; sus agentes, se supone, conocen al dedillo la operativa de la casa… Por desgracia, día tras día, es la propia forma de actuar de quien presta el dinero la que da la nota de color en la Notaría. Pretenden imponer sus modos aunque sea a costa de viciar los fines de quienes demandan sus servicios. Consumidores, empresarios y, en general, ciudadanos cumplidores ven horadadas sus expectativas cuando por ignorancia de los medios humanos de la propia entidad se imponen modos y maneras totalmente ajenos a los fines perseguidos.

   Hoy he tenido que replantear una operación porque la entidad, pese a estar informada, haciendo oídos sordos, ha pensado que el promotor que vendía, que no era su cliente, debía cobrar de una manera distinta a la que se había solicitado y con arreglo a la cual se había preparado la escritura.

   También hoy se ha frustrado una operación de compraventa porque, pese a haberse ofertado un determinado interés de demora, la entidad era incapaz de asumir que estaba obligada a reflejarlo en la escritura. Ello ha conllevado una espera de más de dos horas en la Notaría por el cliente, promotor, gestoría, apoderada de Banco y yo mismo. Al parecer tenían que alinearse los astros que conectan Málaga, Madrid, Valencia y Alicante para que, no se quién, diera el visto bueno para que el préstamo fuera redactado con arreglo a la legalidad vigente.

   Lo mejor ha sido cuando he interrumpido una de las conversaciones telefónicas entre el personal de la gestoría y el más allá bancario para decir: «No es que el Notario tenga capricho en una determinada redacción; sino que la redacción propuesta por el Banco no se adecúa a la legalidad y vuestro cliente quiere, además, que se reconozcan sus derechos en la escritura».

   Lo cierto es que así, cada vez es más difícil trabajar. Debería exigirse a todos el mismo nivel de responsabilidad, pues el tiempo vale lo mismo para cada uno de los que forman parte del proceso.

   Por mucho que el Notario asesore y controle la legalidad, existen zonas, puntos, en los que el ciudadano tiene un margen de decisión. Su voluntad debidamente informada por el Notario y adecuada a la legalidad vigente debería hacerle llevar a exigir cumplir sus derechos.

Antonio Ripoll Soler

Notario de Alicante

www.notariaripoll.com

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