Deudores hipotecarios: ni todo es blanco ni todo negro.
La pasada semana, un matrimonio de unos cincuenta y cinco años de edad, acudía a la Notaría para refinanciar su préstamo hipotecario. Las cosas, como a tantos, por desgracia, no les iban bien. El banco había accedido a aliviar la situación de los pobres deudores. Les daba una pequeña tregua, durante la cual bajaba la cuota mensual. Llegaron tarde, estaban citados a las 2:20, pues tenían un pequeño comercio, y se presentaron casi a las 15:00.
Hasta ahí, todo normal. El caso es que, su préstamo llevaba una cláusula suelo. El suelo hipotecario es lo que determina que aunque baje el índice de referencia, más allá de determinado límite no bajen los intereses. El suelo, actualmente, se puede pactar. Es legal. Sin embargo, la última reforma legal consideró que era una cláusula nociva e impuso que el deudor, para asumirlo, debiera redactar un manuscrito (casi una página de su puño y letra). Ese escrito se incorpora como anexo a la escritura. De esa manera, el deudor no podrá alegar desinformación en el futuro. Deben redactarse tantos escritos como deudores concurran.
A mi, personalmente, la medida me parece absurda. O nos creemos el sistema y confiamos en el Notario, a todos los efectos, o cambiamos la forma de hacer las cosas. Las personas, no acaban de entender por qué han de escribir el texto. La medida legal pone en entredicho la propia actuación del profesional que asiste la firma.
En el caso de estos señores, después de escribir la página él, se dirige a mi y me dice: «Si mi esposa ha de escribir esto se nos hacen las siete de la tarde, con lo que si a usted le parece, lo escribo yo con otra letra y ella lo firma». Al parecer, a la señora se le habían olvidado las gafas y, aunque sabía, debía tener algo de dificultad al escribir. Muchos se sorprenderían de la realidad social española, hay gente, no tan mayor que escribe y lee con dificultad.
Yo, aunque lo entendía, no dejaba de sorprenderme, el señor me hablaba como si dirigiera él el proceso de firma. Tan es así que -no le pregunté-, le dije: «Podría usted hablarme como si fuera el Notario». La señora dijo que no podía escribir y que no iba a hacerlo. A una hora «normal» o habiendo advertido del problema, hubiera sido fácil encontrar unos testigos que asistiesen a la firma. Es uno de los remedios alternativos en estas circunstancias. Remedio que, por otro lado, a nadie satisface, pues supone invitar a un acto íntimo, bien a unos extraños, bien a unos amigos. Sin embargo, a las 3:30 p.m., que era la hora que marcaba el reloj, no parecía posible.
Por todo ello, les dije: «Si la señora no tiene las gafas, o soluciona el problema y escribe el manuscrito o esto no se puede firmar». No alcanzo a entender qué extraño conjuro supusieron mis palabras que, como por arte de magia, la señora se puso a escribir y acabamos firmando el documento.
La realidad es que asistimos a la Notaría sin dar al acto la debida importancia. Es muy fácil luego decir que no se sabía nada. Que el Notario no explica. Que los bancos son malísimos… Sin embargo, a veces, la culpa no es del sistema, sino de las personas.
El manuscrito es anacrónico, realmente no supone ninguna ventaja, no da más información y ralentiza en exceso la firma, desviando la atención de lo que realmente importa, que es el asesoramiento imparcial que presta el Notario a fin de que la voluntad debidamente informada de las personas coincida con el consentimiento prestado. Si a todo ello se suman las ideas peregrinas que cada cual tiene, el resultado es nefasto. Y es que las cosas no son siempre o blancas o negras, a veces son de color gris.
Cuando es el Banco el acreedor, muy poco se le permite al Notario corregir…. Siento admiracion por estos y los Registradores que debian estar llamados a poner en marcha cuanta legislacion se viene produciendo en favor de los consumidores. Pero ¿que es eso de considerar como «no puesta» una clausula?, ¿como se puede obligar a ser notificado de la cesion del prestamo, con independencia de que el prestatario en ese momento no pueda ejercer el retracto….?….. Y tantas otras que no caben aqui, intereses desorbitados, renuncia a la excusion, ……. La Banca esta llamando a quien nunca debe venir.